viernes, 29 de agosto de 2014

Curiosidad por los agujeros que contiene la luna.

¿Los agujeros hallados en la Luna podrían cobijar a futuros exploradores?


NASA/GSFC/ARIZONA STATE UNIVERSITY

La Luna, nuestro único satélite natural, es uno de los objetivos más recurrentes de las investigaciones más allá de las fronteras de nuestro planeta. En años recientes, como habrás comprobado si eres fiel seguidor de los temas astronómicos, se ha visto un renovado interés por parte de las potencias del mundo, sobre todo China, Estados Unidos y la Unión Europea hacia este cuerpo celeste y no pocos de los proyectos hablan ya del ambicioso establecimiento de una colonia humana en su superficie.
En la búsqueda de las mejores condiciones para el montaje de la futura base, unos misteriosos agujeros en la superficie de la Luna podrían jugar un papel vital, según se ha dado a conocer recientemente.
Los agujeros hallados en la Luna
Según una serie de datos reunidos durante meses por la sonda LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter), de la NASA, sobre el suelo selenita además del gran número de cráteres que todos conocemos existen al menos dos centenares de hoyos de muy diversas morfologías y que pueden incluso contener en su interior sistemas cavernarios de magnitudes muy variadas.
Estos hoyos en la Luna, según lo dado a conocer por la revista Icarus, podrían ser solo una pequeña muestra de lo que realmente existe, teniendo en cuenta que la sonda aún no ha analizado aún el 60% de la superficie lunar. De momento, se han encontrado algunos de apenas 5 metros de diámetro (16 pies), pero otros casi llegan al kilómetro de extensión (2950 pies).
Origen y potencialidad de estos hoyos para la exploración
Aunque no se sabe a ciencia cierta cómo se formaron estos agujeros en la superficie lunar, si parece probable que su origen esté situado en la época en que la Luna era un cuerpo geológicamente activo y la roca fundida fluía tanto en su superficie como en su interior.
Así, al recibir impactos de meteoritos y los bordes del nuevo cráter hundirse, se empujaría hacia la superficie el suelo del mismo creando un espacio por el que el magma incandescente fluiría y, al solidificarse, crearía espacios vacíos que hoy son fríos sistemas de cavernas que pueden ser muy útiles para los astronautas del futuro.

Aunque es probable que para determinar su verdadero potencial sea necesaria una exploración física de los sitios en concreto, está claro que estos agujeros, y más aún sus cavernas, ofrecerían un refugio muy preciado para los exploradores humanos ya que, en primer lugar, estarían resguardados de la peligrosa radiación cósmica, uno de los aspectos más complejos a tener en cuenta en los viajes espaciales.
Por otro lado, ofrecerían una clarísima y absoluta protección contra los pequeños meteoritos que como una lluvia perenne caen sobre la superficie lunar, así como un amortiguamiento del marcado contraste que existe en la superficie entre la temperatura mínima y la máxima en un día lunar cualquiera.
Este descubrimiento de la sonda LRO ha entusiasmado a los astrónomos y los ingenieros que trabajan ingeniosamente en el diseño de las futuras colonias humanas en la Luna, quienes buscan incansablemente las vías más factibles, seguras y duraderas para la estadía lunar de los colonos del futuro.




Mamani Meza Pilar Rocío

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